Encontrados 456 resultados para: fueron

  • La mitad correspondiente a los que fueron al combate: 337.500 cabezas de ganado lanar, (Números 31, 36)

  • y los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron y dijeron a Moisés, al sacerdote Eleazar y a los principales de la comunidad: (Números 32, 2)

  • excepto Caleb, hijo de Yefunné el quenizeo, y Josué, hijo de Nun, que fueron fieles a Yahveh." (Números 32, 12)

  • Los hijos de Makir, hijo de Manasés, fueron a Galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que habitaban allí. (Números 32, 39)

  • Moisés, por orden de Yahveh, escribió los puntos de donde partían, etapa por etapa. Estas fueron sus etapas, con indicación de los puntos de partida. (Números 33, 2)

  • Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: «Id y explorad el país y Jericó.» Fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y durmieron allí. (Josué 2, 1)

  • Ella respondió: «Sea según vuestras palabras.» Y los hizo marchar; ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana. (Josué 2, 21)

  • Entonces los dos hombres volvieron a bajar del monte, pasaron el río y fueron donde Josué, hijo de Nun, a quien contaron todo lo que les había ocurrido. (Josué 2, 23)

  • Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos los de su familia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de Israel. (Josué 6, 23)

  • Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y en efecto el manto estaba escondido en la tienda y la plata debajo. (Josué 7, 22)

  • Los envió Josué y fueron al lugar de la emboscada, y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay; Josué pasó aquella noche en medio de la gente. (Josué 8, 9)

  • y recurrieron también ellos a la astucia. Fueron y se proveyeron de víveres, tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejes, rotos y recosidos; (Josué 9, 4)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina