Encontrados 180 resultados para: fiesta de las Tiendas

  • Pedid la paz para Jerusalén: ¡en calma estén tus tiendas, (Salmos 122, 6)

  • El séptimo mes del año 160, con ocasión de la fiesta de las Tiendas, vistió Jonatán los ornamentos sagrados; reclutó tropas y fabricó gran cantidad de armanento. (I Macabeos 10, 21)

  • También ahora os escribimos para que celebréis la fiesta de las Tiendas en el mes de Kisléu. Es el año 188. (II Macabeos 1, 9)

  • A punto de celebrar en el veinticinco de Kisléu la purificación del Templo, nos ha parecido conveniente informaros, para que también vosotros la celebréis como la fiesta de las Tiendas y del fuego aparecido cuando ofreció sacrificios Nehemías, el que construyó el Templo y el altar. (II Macabeos 1, 18)

  • Salomón celebró igualmente los ocho días de fiesta. (II Macabeos 2, 12)

  • antes bien eran obligados con amarga violencia a la celebración mensual del nacimiento del rey con un banquete sacrificial y, cuando llegaba la fiesta de Dióniso, eran forzados a formar parte de su cortejo, coronados de hiedra. (II Macabeos 6, 7)

  • Lo celebraron con alegría durante ocho días, como en la fiesta de las Tiendas, recordando cómo, poco tiempo antes, por la fiesta de las Tiendas, estaban cobijados como fieras en montañas y cavernas. (II Macabeos 10, 6)

  • Judas, dándose cuenta de que verdaderamente en muchos casos podían ser de utilidad, consintió en hacer las paces con ellos; estrechada la mano se retiraron a las tiendas. (II Macabeos 12, 12)

  • Judas y los suyos se lo agradecieron y les exhortaron a que también en lo sucesivo se mostraran bien dispuestos con su raza. Llegaron a Jerusalén en la proximidad de la fiesta de las Semanas. (II Macabeos 12, 31)

  • Después de la fiesta llamada de Pentecostés, se lanzaron contra Gorgias, el estratega de Idumea. (II Macabeos 12, 32)

  • Negra soy, pero graciosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salmá. (Cantar 1, 5)

  • Atravesaron un desierto deshabitado y fijaron sus tiendas en parajes inaccesibles; (Sabiduría 11, 2)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina