Encontrados 516 resultados para: espíritu

  • cual ganado que desciende al valle? El Espíritu de Yahveh los llevó a descansar. Así guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso. (Isaías 63, 14)

  • mirad que mis siervos cantarán con corazón dichoso, mas vosotros gritaréis con corazón triste, y con espíritu quebrantado gemiréis. (Isaías 65, 14)

  • Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas. (Jeremías 10, 14)

  • Aguzad las saetas, llenad las aljabas. Ha despertado Yahveh el espíritu de los reyes de Media, porque sobre Babilonia está su designio de destruirla, porque esta será la venganza de Yahveh, la venganza de su santuario. (Jeremías 51, 11)

  • Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas. (Jeremías 51, 17)

  • Lámed. Dicen ellos a sus madres: «¿Dónde hay pan?», mientras caen desfallecidos, como víctimas, en las plazas de la ciudad, mientras exhalan el espíritu en el regazo de sus madres. (Lamentaciones 2, 12)

  • abre, Señor, tus ojos y mira que no son los muertos en el seol, aquellos cuyo espíritu fue arrancado de sus entrañas, los que dan gloria y justicia al Señor, (Baruc 2, 17)

  • Señor omnipotente, Dios de Israel, mi alma en angustia, mi espíritu abatido es el que clama a ti. (Baruc 3, 1)

  • y cada uno marchaba de frente; donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y no se volvían en su marcha. (Ezequiel 1, 12)

  • Donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espíritu del ser estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 20)

  • Cuando avanzaban ellos, avanzaban ellas, cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban del suelo, las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espíritu del ser estaba en las ruedas. (Ezequiel 1, 21)

  • El espíritu entró en mí como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y oí al que me hablaba. (Ezequiel 2, 2)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina