Encontrados 1998 resultados para: ese

  • Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. (I Juan 2, 19)

  • ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. (I Juan 2, 22)

  • y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. (I Juan 4, 3)

  • Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece em él y él en Dios. (I Juan 4, 15)

  • Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo. (II Juan 1, 7)

  • Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo. (II Juan 1, 9)

  • Ellos han dado testimonio de tu amor en presencia de la Iglesia. Harás bien en proveerles para su viaje de manera digna de Dios. (III Juan 1, 6)

  • He escrito alguna cosa a la Iglesia; pero Diótrefes, ese que ambiciona el primer puesto entre ellos, no nos recibe. (III Juan 1, 9)

  • Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que está haciendo, criticándonos con palabras llenas de malicia; y como si no fuera bastante, tampoco recibe a los hermanos, impide a los que desean hacerlo y los expulsa de la Iglesia. (III Juan 1, 10)

  • son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre. (Judas 1, 13)

  • Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría, (Judas 1, 24)

  • Se les dio poder, no para matarlos, sino para atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es como el del escorpión cuando pica a alguien. (Apocalipsis 9, 5)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina