Encontrados 2238 resultados para: ejército de israel

  • Llegada la vigilia matutina, miró Yahveh desde la columna de fuego y humo hacia el ejército de los egipcios, y sembró la confusión en el ejército egipcio. (Exodo 14, 24)

  • Trastornó la ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Y exclamaron los egipcios: «Huyamos ante Israel, porque Yahveh pelea por ellos contra los egipcios.» (Exodo 14, 25)

  • pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a su gente, a todo el ejército de Faraón, que había entrado en el mar para perseguirlos; no escapó ni uno siquiera. (Exodo 14, 28)

  • Aquel día salvó Yahveh a Israel del poder de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a orillas del mar. (Exodo 14, 30)

  • Y viendo Israel la mano fuerte que Yahveh había desplegado contra los egipcios, temió el pueblo a Yahveh, y creyeron en Yahveh y en Moisés, su siervo. (Exodo 14, 31)

  • Entonces Moisés invocó a Yahveh, y Yahveh le mostró un madero que Moisés echó al agua, y el agua se volvió dulce. Allí dio a Israel decretos y normas, y allí le puso a prueba. (Exodo 15, 25)

  • La casa de Israel lo llamó maná. Era como semilla de cilantro, blanco, y con sabor a torta de miel. (Exodo 16, 31)

  • Respondió Yahveh a Moisés: «Pasa delante del pueblo, llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el Río y vete, (Exodo 17, 5)

  • que allí estaré yo ante ti, sobre la piña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.» Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. (Exodo 17, 6)

  • Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim. (Exodo 17, 8)

  • Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec. (Exodo 17, 11)

  • Jetró, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, se enteró de lo que había hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, y cómo Yahveh había sacado a Israel de Egipto. (Exodo 18, 1)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina