Encontrados 191 resultados para: disputa por el trono

  • Hizo el rey un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. (I Reyes 10, 18)

  • El trono tenía seis gradas y un respaldo redondo en su parte posterior con brazos a uno y otro lado del asiento; dos leones de pie junto a los brazos (I Reyes 10, 19)

  • Cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mató a toda la familia de Basá, sin dejar ningún varón ni pariente ni amigo. (I Reyes 16, 11)

  • El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. (I Reyes 22, 10)

  • Dijo Miqueas: «Escucha la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en un trono y todo el ejército de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquierda. (I Reyes 22, 19)

  • ved quién es el mejor y más justo de los hijos de vuestro señor y ponedle en el trono de su padre y pelead por la casa de vuestro señor.» (II Reyes 10, 3)

  • Dijo Yahveh a Jehú: «Porque te has portado bien haciendo lo recto a mis ojos y has hecho a la casa de Ajab según todo lo que yo tenía en mi corazón, tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán sobre el trono de Israel.» (II Reyes 10, 30)

  • y después tomó a los jefes de cien, a los carios y a la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron bajar al rey de la Casa de Yahveh y entraron a la casa del rey por el camino de la guardia, y se sentó en el trono de los reyes. (II Reyes 11, 19)

  • Se acostó Joás con sus padres y Jeroboam ocupó su trono. Fue sepultado Joás en Samaría, junto a los reyes de Israel. (II Reyes 13, 13)

  • Esta fue la palabra de Yahveh, la que habló a Jehú diciendo: «Tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel.» Y así fue. (II Reyes 15, 12)

  • Cuanto al estrado del trono de la Casa de Yahveh, que se había construido en ella, y la entrada exterior del rey, lo quitó por causa del rey de Asiria. (II Reyes 16, 18)

  • El me edificará un Casa y yo afirmaré su trono para siempre. (I Crónicas 17, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina