Encontrados 17 resultados para: dispuestos
Ahora, pues, decidme si estáis dispuestos a usar de favor y lealtad para con mi señor, y si no, decídmelo también, para que yo tire por la derecha o por la izquierda.» (Génesis 24, 49)
Pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate, delante de Yahveh, hacia la llanura de Jericó. (Josué 4, 13)
Pero como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar todos estos holocaustos, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminaron la labor, y los sacerdotes se santificaron, pues los levitas estaban más dispuestos que los sacerdotes para santificarse. (II Crónicas 29, 34)
Les oyó sus proyectos, descubrió sus intenciones y se enteró de que estaban dispuestos a poner sus manos en el rey Asuero. Entonces Mardoqueo los denunció al rey, (Ester 12, 2)
Maldíganla los que maldicen el día, los dispuestos a despertar a Leviatán. (Job 3, 8)
Judas les dijo: «Preparaos, revestíos de valor y estad dispuestos mañana temprano para entrar en batalla con estos gentiles que se han coligado contra nosotros para destruirnos y destruir nuestro Lugar Santo. (I Macabeos 3, 58)
Envió exploradores al campamento enemigo y supo por ellos, a su vuelta, que los enemigos estaban dispuestos para caer sobre ellos a la noche. (I Macabeos 12, 26)
Hemos recibido la corona de oro y la palma que nos habéis enviado y estamos dispuestos a concertar con vosotros una paz completa y a escribir a los funcionarios que os concedan la remisión de las deudas. (I Macabeos 13, 37)
Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: «¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que violar las leyes de nuestros padres.» (II Macabeos 7, 2)
Todos a una bendijeron entonces a Dios misericordioso y y sintieron enardecerse sus ánimos, dispuestos a atravesar no sólo a hombres, sino aun a las fieras más salvajes murallas de hierro. (II Macabeos 11, 9)
Judas y los suyos se lo agradecieron y les exhortaron a que también en lo sucesivo se mostraran bien dispuestos con su raza. Llegaron a Jerusalén en la proximidad de la fiesta de las Semanas. (II Macabeos 12, 31)
según la abundancia de tu misericordia y la gloria de tu nombre, de las dentelladas de los dispuestos a devorarme, de la mano de los que buscan mi alma, de las muchas tribulaciones que he sufrido, (Eclesiástico 51, 3)