Encontrados 62 resultados para: debe
Si le hiere con una piedra como para causar la muerte con ella, y muere, es homicida. El homicida debe morir. (Números 35, 17)
Si le hiere con un instrumento de madera como para matarle, y muere, es un homicida. El homicida debe morir. (Números 35, 18)
No aceptaréis rescate por la vida de un homicida reo de muerte, pues debe morir. (Números 35, 31)
Podrás apremiar al extranjero, pero a tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe. (Deuteronomio 15, 3)
Porque Yahveh tu Dios recorre el campamento para protegerte y entregar en tu mano a tus enemigos. Por eso tu campamento debe ser una cosa sagrada, Yahveh no debe ver en él nada inconveniente; de lo contrario se apartaría de ti. (Deuteronomio 23, 15)
Si se encuentra a un hombre que haya raptado a uno de sus hermanos, entre los israelitas - ya le haya hecho su esclavo o le haya vendido - ese ladrón debe morir. Harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 24, 7)
Absalón dijo a Ajitófel: «Tomad consejo sobre lo que se debe hacer.» (II Samuel 16, 20)
«Ajab dijo: «¿Por medio de quién?» Respondió: «Así dice Yahveh: Por medio de los jóvenes de los jefes de distritos.» Preguntó Ajab: «¿Quién debe entablar el combate?» Respondió: «Tú.» (I Reyes 20, 14)
Porque David se decía: «Mi hijo Salomón es todavía joven y débil, y la Casa que ha de edificarse para Yahveh debe ser grandiosa sobre toda ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Así que le haré yo los preparativos.» Hizo David, en efecto, grandes preparativos antes de su muerte. (I Crónicas 22, 5)
Salomón hizo subir a la hija de Faraón desde la Ciudad de David a la casa que había edificado para ella; pues se decía: «No debe habitar mujer mía en la casa de David, rey de Israel; porque los lugares donde ha estado el arca de Yahveh son sagrados.» (II Crónicas 8, 11)
Ordenad, pues, que se interrumpa la empresa de esos hombres: esa ciudad no debe ser reconstruida hasta nueva orden. (Esdras 4, 21)
Todo lo que ordena el Dios del cielo, debe ser cumplido con celo para la Casa del Dios del cielo, a fin de que la Cólera no caiga sobre el reino del rey y de sus hijos. (Esdras 7, 23)