Encontrados 303 resultados para: dado

  • A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!, pues como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma.» (Hechos 23, 11)

  • Estos, pues, se presentaron a los sumos sacerdotes y a los ancianos y le dijeron: «Bajo anatema nos hemos comprometido a no probar cosa alguna hasta que no hayamos dado muerte a Pablo. (Hechos 23, 14)

  • Pero tú no les hagas caso, pues le preparan una celada más de cuarenta hombres de entre ellos, que se han comprometido bajo anatema a no comer ni beber hasta haberle dado muerte; y ahora están preparados, esperando tu asentimiento.» (Hechos 23, 21)

  • y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. (Romanos 5, 5)

  • y yo morí; y resultó que el precepto, dado para vida, me fue para muerte. (Romanos 7, 10)

  • ¡Señor!, han dado muerte a tus profetas; han derribado tus altares; y he quedado yo solo y acechan contra mi vida. (Romanos 11, 3)

  • en virtud de señales y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios, tanto que desde Jerusalén y en todas direcciones hasta el Ilírico he dado cumplimiento al Evangelio de Cristo; (Romanos 15, 19)

  • Saludad a Apeles, que ha dado buenas pruebas de sí en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo. (Romanos 16, 10)

  • pero manifestado al presente, por la Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, (Romanos 16, 26)

  • Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu. (II Corintios 5, 5)

  • Y por eso, para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. (II Corintios 12, 7)

  • Misterio que en generaciones pasadas no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: (Efesios 3, 5)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina