Encontrados 17 resultados para: cuyas

  • Estos eran los nombres de los hijos de Aarón, que fueron ungidos sacerdotes, y cuyas manos fueron consagradas para ejercer el sacerdocio. (Números 3, 3)

  • tierra donde el pan que comas no te será racionado y donde no carecerás de nada; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas montañas extraerás el bronce. (Deuteronomio 8, 9)

  • Que Yahveh te recompense tu obra y que tu recompensa sea colmada de parte de Yahveh, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.» (Rut 2, 12)

  • No se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para que lo dieran a los que hacían el trabajo, porque trabajaban con fidelidad. (II Reyes 12, 16)

  • Mas de otro modo estos hombres de bien, cuyas acciones justas no han quedado en olvido. (Eclesiástico 44, 10)

  • Como alcanzó mi mano a los reinos de los ídolos - cuyas estatuas eran más que las de Jerusalén y Samaría - (Isaías 10, 10)

  • Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibmá, cuyas cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se perdían por el desierto, sus frondas se extendían, pasaban la mar. (Isaías 16, 8)

  • Contempla a Sión, villa de nuestras solemnidades: tus ojos verán a Jerusalén, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no serán removidas nunca y cuyas cuerdas no serán rotas. (Isaías 33, 20)

  • Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo. (Isaías 57, 20)

  • Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58, 11)

  • y que sean las casas de Jerusalén y las de los reyes de Judá como el lugar de Tófet: una inmundicia; todas las casas en cuyas azoteas incensaron a toda la tropa celeste y libaron libación a otros dioses.» (Jeremías 19, 13)

  • No a pueblos numerosos, de habla oscura y de lengua difícil cuyas palabras no entenderías. Si te enviara a ellos, ¿no es verdad que te escucharían? (Ezequiel 3, 6)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina