Encontrados 26 resultados para: cuerdas

  • la clavazón de la Morada y la clavazón del atrio y sus cuerdas; (Exodo 35, 18)

  • el cortinaje del atrio, los postes con sus basas, el tapiz para la entrada del atrio, sus cuerdas, su clavazón y todos los utensilios del servicio de la Morada para la Tienda del Encuentro; (Exodo 39, 40)

  • del cortinaje del atrio y de la cortina de entrada al atrio que rodea la Morada y el altar, y de las cuerdas necesarias para todo su servicio. (Números 3, 26)

  • y de los postes que rodean el atrio, de sus basas, clavazón y cuerdas. (Números 3, 37)

  • el cortinaje del atrio y la cortina de la entrada al atrio que rodea la Morada y el altar, con sus cuerdas y todos los utensilios de su servicio: todo lo que se necesita para ellos. Prestarán su servicio; (Números 4, 26)

  • los postes que rodean el atrio con sus basas, clavazón y cuerdas; todos sus utensilios y todo lo preciso para su servicio. Nominalmente señalaréis cada uno de los objetos con que han de cargar. (Números 4, 32)

  • Sansón le respondió: «Si me amarraran con siete cuerdas de arco todavía frescas, sin dejarlas secar, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.» (Jueces 16, 7)

  • Los tiranos de los filisteos llevaron a Dalila siete cuerdas de arco frescas, sin secar aún, y lo amarró con ellas. (Jueces 16, 8)

  • Tenía ella hombres apostados en la alcoba y le gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón». El rompió las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto siente el fuego. Así no se descubrió el secreto de la fuerza. (Jueces 16, 9)

  • Batió también a los moabitas y los midió con la cuerda, haciendo que se echaran en tierra; midió dos cuerdas y los condenó a muerte, y una cuerda llena la dejó con vida. Los moabitas quedaron sometidos a David, pagando tributo. (II Samuel 8, 2)

  • Si se recoge a una ciudad, todo Israel llevará cuerdas y la arrastraremos hasta el torrente, de modo que no se pueda hallar en ella ni un pedrusco.» (II Samuel 17, 13)

  • Sus servidores le dijeron: «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida.» (I Reyes 20, 31)


“Leve Deus aos doente; valera’ mais do que qualquer tratamento!” São Padre Pio de Pietrelcina