Encontrados 15 resultados para: casada

  • Pero vino Dios a Abimélek en un sueño nocturno y le dijo: «Date muerto por esa mujer que has tomado, y que está casada.» (Génesis 20, 3)

  • La hija de un sacerdote, casada con un laico, no podrá comer de la ofrenda reservada de las cosas sagradas. (Levítico 22, 12)

  • Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal. (Deuteronomio 22, 22)

  • porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa. (Proverbios 6, 26)

  • Junto a mujer casada no te sientes jamás, a la mesa con ella no te huelgues con vino, para que tu corazón no se desvíe hacia ella y en tu ímpetu te deslices a la ruina. (Eclesiástico 9, 9)

  • de quitar la parte y el don de otro, de clavar los ojos en mujer casada, (Eclesiástico 41, 23)

  • Una hija es para el padre un secreto desvelo, aleja el sueño la inquietud por ella. En su juventud, miedo a que se le pase la edad, si está casada, a que sea aborrecida. (Eclesiástico 42, 9)

  • Cuando virgen, no sea mancillada y en la casa paterna quede encinta. Cuando casada, a que sea infiel, cohabitando, a que sea estéril. (Eclesiástico 42, 10)

  • Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los dolores; que más son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahveh. (Isaías 54, 1)

  • No se acercarán a un muerto, para no contaminarse, pero por un padre, una madre, un hijo, una hija, un hermano, o una hermana no casada podrán contaminarse. (Ezequiel 44, 25)

  • congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a los pequeños y a los niños de pecho! Deje el recién casado su alcoba y la recién casada su tálamo. (Joel 2, 16)

  • Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el marido, se ve libre de la ley del marido. (Romanos 7, 2)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina