Encontrados 38 resultados para: aquéllas

  • Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetacíon del suelo. (Génesis 19, 25)

  • Yo tenía en la mano la copa de Faraón, y tomando aquellas uvas, las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en la mano de Faraón.» (Génesis 40, 11)

  • Pero he aquí que detrás de aquéllas subían del río otras siete vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se pararon cabe las otras vacas en la margen del río, (Génesis 41, 3)

  • Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron después de aquéllas (Génesis 41, 6)

  • Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de aquéllas, de muy ruin y mala catadura y macilentas, que jamás vi como aquéllas en toda la tierra de Egipto, de tan malas. (Génesis 41, 19)

  • Pero he aquí que otras siete espigas secas, flacas y asolanadas, brotaban después de aquéllas (Génesis 41, 23)

  • Y las siete vacas macilentas y malas que subían después de aquéllas, son siete años; e igualmente las siete espigas flacas y asolanadas, es que habrá siete años de hambre. (Génesis 41, 27)

  • Por eso los israelitas presentarán al sacerdote, para Yahveh, a la entrade de la Tienda del Encuentro, aquellas víctimas que suelen inmolar en el campo, para que se ofrezcan como sacrificios de comunión. (Levítico 17, 5)

  • Se purificará con aquellas aguas los días tercero y séptimo, y quedará puro. Pero si no se ha purificado los días tercero y séptimo, no quedará puro. (Números 19, 12)

  • Israel tomó todas aquellas ciudades. Ocupó Israel todos los pueblos de los amorreos, Jesbón y todas sus aldeas. (Números 21, 25)

  • Hará caer de nuevo sobre ti aquellas epidemias de Egipto a las que tanto miedo tenías, y se pegarán a ti. (Deuteronomio 28, 60)

  • No hallarás sosiego en aquellas naciones, ni habrá descanso para la planta de tus pies, sino que Yahveh te dará allí un corazón trémulo, languidez de ojos y ansiedad de alma. (Deuteronomio 28, 65)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina