Encontrados 41 resultados para: alta

  • Y empezaron a hablar mal a los israelitas del país que habían explorado, diciendo: «El país que hemos recorrido y explorado es un país que devora a sus propios habitantes. Toda la gente que hemos visto allí es gente alta. (Números 13, 32)

  • Los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta a todos los israelitas: (Deuteronomio 27, 14)

  • Edificó la galería, adosada a toda la Casa, de cinco codos de alta y estaba unida a la Casa por vigas de cedro. (I Reyes 6, 10)

  • y se puso de pie para bendecir a toda la asamblea de Israel, diciendo en alta voz: (I Reyes 8, 55)

  • Juraron, pues, a Yahveh en alta voz, con gritos de júbilo y al son de las trompetas y cuernos. (II Crónicas 15, 14)

  • Los enviados gritaban en voz alta, en lengua judía, al pueblo de Jerusalén, que estaba sobre el muro, para atemorizarlos y asustarlos, y poder conquistar la ciudad, (II Crónicas 32, 18)

  • Toda la asamblea respondió en alta voz: Sí; haremos como tú dices; (Esdras 10, 12)

  • Después de él Malkiyías, del gremio de los orfebres, reparó hasta la casa de los donados y de los comerciantes, frente a la puerta de la Inspección, hasta la cámara alta del ángulo. (Nehemías 3, 31)

  • Y entre la cámara alta del ángulo y la puerta de las Ovejas, repararon los orfebres y los comerciantes. (Nehemías 3, 32)

  • (Josué, Binnuy, Cadmiel, Sebanías, Bunní, Serebías, Baní y Quenaní subieron al estrado de los levitas y clamaron en alta voz hacia Yahveh su Dios, (Nehemías 9, 4)

  • Si os volvéis a él de todo corazón y con toda el alma, para obrar en verdad en su presencia, se volverá a vosotros sin esconder su faz. Mirad lo que ha hecho con vosotros y confesadle en alta voz. Bendecid al Señor de justicia y exaltad al Rey de los siglos. Yo le confieso en el país del destiero, y publico su fuerza y su grandeza a gentes pecadoras. ¡Volved, pecadores! Practicad la justica en su presencia. ¡Quién sabe si os amará y os tendrá misericordia! (Tobías 13, 6)

  • Cayó Judit, rostro en tierra, echó ceniza sobre su cabeza, dejó ver el sayal que tenía puesto y, a la misma hora en que se ofrecía en Jerusalén, en la Casa de Dios, el incienso de aquella tarde, clamó al Señor en alta voz diciendo: (Judit 9, 1)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina