Encontrados 170 resultados para: alegria

  • Ni hay riqueza mejor que la salud del cuerpo, ni contento mayor que la alegría del corazón. (Eclesiástico 30, 16)

  • La alegría de corazón es la vida del hombre, el regocijo del varón, prolongación de sus días. (Eclesiástico 30, 22)

  • Como remedio de todo llega presto la niebla, el rocío, después del viento ardiente, devuelve la alegría. (Eclesiástico 43, 22)

  • vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. (Isaías 9, 2)

  • y se retira del vergel alegría y alborozo, y en las viñas no se lanzan cantos de júbilo, ni gritos. Vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor ha cesado. (Isaías 16, 10)

  • mas lo que hubo fue jolgorio y alegría, matanza de bueyes y degüello de ovejas, comer carne y beber vino: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!» (Isaías 22, 13)

  • Se lamentan en las calles por el vino. Desapareció toda alegría, emigró el alborozo de la tierra. (Isaías 24, 11)

  • Los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiros! (Isaías 35, 10)

  • ¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegría, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido. (Isaías 49, 13)

  • Cuando haya consolado Yahveh a Sión, haya consolado todas sus ruinas y haya trocado el desierto en Edén y la estepa en Paraíso de Yahveh, recocijo y alegría se encontrarán en ella, alabanza y son de canciones. (Isaías 51, 3)

  • Los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adios, el penar y suspiros! (Isaías 51, 11)

  • Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los dolores; que más son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahveh. (Isaías 54, 1)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina