Encontrados 224 resultados para: Tribu

  • La suerte que tocó a la tribu de los hijos de Judá conforme a sus clanes cayó hacia la frontera de Edom, desde el desierto de Sin hacia el mediodía hasta Cadés en el extremo sur. (Josué 15, 1)

  • Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Judá por clanes. (Josué 15, 20)

  • Ciudades fronterizas de la tribu de los hijos de Judá, hacia la frontera de Edom en el Négueb: Cabseel, Eder, Yagur, (Josué 15, 21)

  • De Tappuaj iba el límite hacia occidente por el torrente de Caná y venía a parar en el mar. Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Efraím según sus clanes, (Josué 16, 8)

  • A la tribu de Manasés le correspondió suerte, porque era el primogénito de José: a Makir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, como era hombre de guerra, le tocó Galaad y Basán; (Josué 17, 1)

  • Escoged tres hombres por cada tribu, y los enviaré para que vayan a recorrer el país y hagan una descripción de él en orden al reparto; luego volverán donde mí. (Josué 18, 4)

  • Porque los levitas no tienen su parte entre vosotros, pues el sacerdocio de Yahveh es su heredad; y Gad, Rubén y la media tribu de Manasés, han recibido ya al lado oriental del Jordán, la heredad que les dio Moisés, siervo de Yahveh.» (Josué 18, 7)

  • Tocó una suerte a la tribu de los hijos de Benjamin por clanes: los límites de su suerte resultaron comprendidos entre los de los hijos de Judá y los de los hijos de José. (Josué 18, 11)

  • Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por clanes, fueron: Jericó, Bet Joglá, Emeq Quesís; (Josué 18, 21)

  • La segunda suerte cayó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, por clanes: su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá. (Josué 19, 1)

  • Adémas todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta Baalat Beer, Ramá del Négueb. Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, por clanes. (Josué 19, 8)

  • Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Isacar, por clanes: las ciudades y sus aldeas. (Josué 19, 23)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina