Encontrados 265 resultados para: Tribu de Simeón

  • Su marido Manasés, de la misma tribu y familia que ella, había muerto en la época de la recolección de la cebada. (Judit 8, 2)

  • «Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos, (Judit 8, 18)

  • Señor, Dios de mi padre Simeón, a quien diste una espada para vengarse de extranjeros que habían soltado el ceñidor de una virgen para mancha, que desnudaron sus caderas para vergüenza y profanaron su seno para deshonor; pues tú dijiste: «Eso no se hace», y ellos lo hicieron. (Judit 9, 2)

  • Haz conocer a toda nación y toda tribu que tú eres Yahveh, Dios de todo poder y toda fuerza, y que no hay otro protector fuera de ti para la estirpe de Israel. (Judit 9, 14)

  • Había en la ciudadela de Susa un judío, llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Semeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín. (Ester 2, 5)

  • El año segundo del reinado del rey Asuero el Grande, el día uno del mes de Nisán, tuvo un sueño Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Semeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, (Ester 11, 2)

  • Yo oí desde mi infancia, en mi tribu paterna, que tú, Señor, elegiste a Israel de entre todos los pueblos, y a nuestros padres de entre todos sus mayores para ser herencia tuya para siempre cumpliendo en su favor cuanto dijiste. (Ester 14, 5)

  • Acuérdate de la comunidad que de antiguo adquiriste, la que tú rescataste, tribu de tu heredad, y del monte Sión donde pusiste tu morada. (Salmos 74, 2)

  • Desechó la tienda de José, y no eligió a la tribu de Efraím; (Salmos 78, 67)

  • mas eligió a la tribu de Judá, el monte Sión al cual amaba. (Salmos 78, 68)

  • Por aquel tiempo, Matatías, hijo de Juan, hijo de Simeón, sacerdote del linaje de Yehoyarib, dejó Jerusalén y fue a establecerse en Modín. (I Macabeos 2, 1)

  • Ahí tenéis a Simeón, vuestro hermano. Sé que es hombre sensato; escuchadle siempre: él será vuestro padre. (I Macabeos 2, 65)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina