Encontrados 349 resultados para: Tres

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de los hijos de Ammón y por cuatro, seré inflexible! Por haber reventado a las mujeres encintas de Galaad, para ensanchar su territorio, (Amós 1, 13)

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Moab y por cuatro, seré inflexible! Por haber quemado hasta calcinar los huesos del rey de Edom, (Amós 2, 1)

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Judá y por cuatro, seré inflexible! Por haber despreciado la Ley de Yahveh, y no haber guardado sus preceptos, porque los han extraviado sus Mentiras, las que ya habían seguido sus padres, (Amós 2, 4)

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Israel y por cuatro, seré inflexible! Porque venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; (Amós 2, 6)

  • ¡Id a Betel a rebelaros, multiplicad en Guilgal vuestras rebeldías, llevad de mañana vuestros sacrificios cada tres días vuestros diezmos; (Amós 4, 4)

  • También os he cerrado la lluvia, a tres meses todavía de la siega; he hecho llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no he hecho llover; una parcella recibía lluvia, y otra parcella, falta de lluvia, se secaba; (Amós 4, 7)

  • dos, tres ciudades acudían a otra ciudad a beber agua, pero no calmaban su sed; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Yahveh. (Amós 4, 8)

  • Dispuso Yahveh un gran pez que se tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches. (Jonás 2, 1)

  • Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra de Yahveh. Nínive era una ciudad grandísima, de un recorrido de tres días. (Jonás 3, 3)

  • y me deshice de los tres pastores en un mes. Pero mi alma se impacientó con ellos y su alma también se hastió de mí. (Zacarías 11, 8)

  • Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. (Mateo 12, 40)

  • Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Mateo 13, 33)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina