Encontrados 93 resultados para: Tob

  • Levantándose de madrugada, partieron juntos para la boda y llegados a casa de Ragüel encontraron a Tobías puesto a la mesa. Y como se levantara a toda prisa para saludarle, Gabael rompió a llorar y le bendijo diciendo: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado y bueno, justo y limosnero! Que el Señor te conceda las bendiciones del cielo a ti, a tu mujer, al padre y a la madre de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver un vivo retrato de mi primo Tobit!» (Tobías 9, 6)

  • Tobit, mientras tanto, llevaba cuenta, uno por uno, de los días de ida y vuelta. Cuando se cumplió el plazo sin que el hijo hubiera regresado, (Tobías 10, 1)

  • Tobit le dijo: «Calla, hermana, no pienses eso. El está bien. Habrán tenido algún contratiempo allí, pero su compañero es hombre de fiar y uno de los nuestros; no te inquietes por él, que debe estar cerca.» (Tobías 10, 6)

  • Cuando se pasaron los catorce días con que Ragüel había determinado celebrar la boda de su hija, se dirigió a él Tobías y le dijo: «Déjame regresar, porque estoy seguro que mi padre y mi madre están pensando que ya no van a volver a verme. Así que te ruego, padre, que me permitas regresar al lado de mi padre. Ya te dije en qué situación le he dejado.» (Tobías 10, 8)

  • Ragüel respondió a Tobías: «Quédate, hijo; quédate commigo y yo enviaré mensajeros a tu padre Tobit para que le den noticias tuyas.» Pero Tobías replicó: «No. Te ruego que me permitas volver al lado de mi padre.» (Tobías 10, 9)

  • Entonces Ragüel se levantó y entregó a Tobías su mujer Sarra y la mitad de todos sus bienes, criados, criadas, bueyes y carneros, asnos y camellos, vestidos, plata y utensilios, (Tobías 10, 10)

  • y les dejó partir gozosos. Al despedirse de Tobías le dijo: «¡Salud, hijo, y buen viaje! El Señor del Cielo os guíe a vosotros y a tu mujer Sarra por buen camino y que pueda yo ver vuestros hijos antes de morir.» (Tobías 10, 11)

  • Edna dijo a Tobías: «Hijo y hermano queridísimo: Que el Señor te devuelva y que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija Sarra antes de morir. En presencia del Señor te entrego a mi hija en custodia; no le causes tristeza en todos los días de tu vida. Vete en paz, hijo. A partir de ahora, yo soy tu madre y Sarra es tu hermana. ¡Ojalá pudiéramos vivir juntos todos los días de nuestra vida!» Y besando a los dos, los dejó partir llenos de gozo. (Tobías 10, 13)

  • Tobías salió de casa de Ragüel contento y gozoso, y bendiciendo al Señor del Cielo y de la tierra, rey de todas las cosas, porque había llevado a buen término su viaje. Bendijo a Ragüel y a su mujer Edna y les dijo: «Que pueda yo honraros todos los días de mi vida.» (Tobías 10, 14)

  • Rafael iba diciendo a Tobías, mientras se acercaban al padre: «Tengo por seguro que se abrirán los ojos de tu padre. (Tobías 11, 7)

  • Tobit se levantó y trompicando salió a la puerta del patio. (Tobías 11, 10)

  • Corrió hacia él Tobías, llevando en la mano la hiel del pez; le sopló en los ojos y abrazándole estrechamente le dijo: «¡Ten confianza, padre!» Y le aplicó el remedio y esperó; (Tobías 11, 11)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina