Encontrados 3870 resultados para: Si conocieras el don de Dios

  • ¿Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios. (I Pedro 2, 20)

  • sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios. (I Pedro 3, 4)

  • Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; (I Pedro 3, 5)

  • Pues más vale padecer por obrar el bien, si esa es la voluntad de Dios, que por obrar el mal. (I Pedro 3, 17)

  • Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu. (I Pedro 3, 18)

  • en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua; (I Pedro 3, 20)

  • a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo, (I Pedro 3, 21)

  • que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios, y le están sometidos los Angeles, las Dominaciones y las Potestades. (I Pedro 3, 22)

  • para vivir ya el tiempo que le quede en la carne, no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios. (I Pedro 4, 2)

  • Por eso hasta a los muertos se ha anunciado la Buena Nueva, para que, condenados en carne según los hombres, vivan en espíritu según Dios. (I Pedro 4, 6)

  • Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios. (I Pedro 4, 10)

  • Si alguno habla, sean palabras de Dios; si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder recibido de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. (I Pedro 4, 11)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina