Encontrados 141 resultados para: Sean

  • Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y comados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro bajo la gloria de Dios. (Baruc 5, 7)

  • Lo mismo que a uno que ha ofendido al rey se le cierran bien las puertas, como que está condenado a muerte, así los sacerdotes aseguran las casas de estos dioses con puertas, cerrojos y trancas, para que no sean saqueados por los ladrones. (Baruc 6, 17)

  • Han sido fabricados por artesanos y orfebres, y no son cosa que lo que sus artífices quieren que sean. (Baruc 6, 45)

  • Así que no se puede creer ni afirmar que sean dioses, puesto que no son capaces de hacer justicia ni de proporcionar bien alguno a los hombres. (Baruc 6, 63)

  • Por ningún lado, pues, aparece que sean dioses; así que no les temáis. (Baruc 6, 68)

  • En todo lugar donde habitéis, las ciudades quedarán en ruinas y los altos serán devastados, de forma que vuestros altares queden en ruinas, como cosa culpable, vuestras basuras sean destrozadas y aventadas, vuestros braseros de incienso hechos pedazos y aniquiladas vuestras obras. (Ezequiel 6, 6)

  • para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios. (Ezequiel 11, 20)

  • Santificad mis sábados; que sean una señal entre yo y vosotros, para que se sepa que yo soy Yahveh, vuestro Dios. (Ezequiel 20, 20)

  • ¡Toma un rumbo: a la derecha, vuélvete a la izquierda, donde tus filos sean requeridos! (Ezequiel 21, 21)

  • Vendrá la espada sobre Egipto, cundirá el pánico en Kus, cuando las víctimas caigan en Egipto, cuando sean saqueadas sus riquezas y sus cimientos derruidos. (Ezequiel 30, 4)

  • Júntalos el uno con el otro de suerte que formen un solo leño, que sean una sola cosa en tu mano. (Ezequiel 37, 17)

  • La arroba y la medida sean iguales, de suerte que la medida contenga un décimo de carga y la arroba un décimo de carga. A partir de la carga serán fijadas las medidas. (Ezequiel 45, 11)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina