Encontrados 286 resultados para: Rostro

  • Vuelvo ahora mi rostro y alzo mi ojos hacia ti. (Tobías 3, 12)

  • Cuanto a ti, Ajior, mercenario ammonita, que has dicho estas palabras el día de tu iniquidad, a partir de ahora no verás ya mi rostro hasta el día en que tome venganza de esa ralea venida de Egipto. (Judit 6, 5)

  • Y no muestres un rostro tan abatido ya que en tu corazón esperas que no serán conquistados. Así lo digo y no dejará de cumplirse ni una sola de mis palabras.» (Judit 6, 9)

  • «Señor, Dios del cielo, mira su soberbia, compadécete de la humillación de nuestra raza y mira con piedad el rostro de los que te están consagrados». (Judit 6, 19)

  • Cayó Judit, rostro en tierra, echó ceniza sobre su cabeza, dejó ver el sayal que tenía puesto y, a la misma hora en que se ofrecía en Jerusalén, en la Casa de Dios, el incienso de aquella tarde, clamó al Señor en alta voz diciendo: (Judit 9, 1)

  • Cuando vieron a Judit con el rostro transformado y mudada de vestidos, se quedaron maravillados de su extremada hermosura y le dijeron: (Judit 10, 7)

  • Oyéndola hablar aquellos hombres, y viendo la admirable hermosura de su rostro, le dijeron: (Judit 10, 14)

  • Cuando Judit llegó ante Holofernes y sus ministros, todos se maravillaron de la hermosura de su rostro. Cayó ella rostro en tierra y se postró ante él, pero los siervos la levantaron. (Judit 10, 23)

  • «De un cabo al otro del mundo, no hay mujer como ésta, de tanta hermosura en el rostro y tanta sensatez en las palabras.» (Judit 11, 21)

  • ¡Vive el Señor!, el que me ha guardado en el camino que emprendí, que fue seducido, para perdición suya, por mi rostro, pero no ha cometido conmigo ningún pecado que me manche o me deshonre.» (Judit 13, 16)

  • Que no fue derribado su caudillo por jóvenes guerreros, ni le hirieron hijos de Titanes, ni altivos gigantes le vencieron; le subyugó Judit, hija de Merarí, con sólo la hermosura de su rostro. (Judit 16, 6)

  • Se despojó de sus vestidos de viudez, para exaltar a los afligidos de Israel; ungió su rostro de perfumes, (Judit 16, 7)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina