Encontrados 87 resultados para: Punto

  • Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. (Lucas 7, 2)

  • se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró el flujo de sangre. (Lucas 8, 44)

  • Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblorosa, y postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. (Lucas 8, 47)

  • Retornó el espíritu a ella, y al punto se levantó; y él mandó que le dieran a ella de comer. (Lucas 8, 55)

  • ... hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos. (Hechos 5, 15)

  • Pedro entonces se puso a explicarles punto por punto diciendo: (Hechos 11, 4)

  • Pasó allí tres meses. Los judíos tramaron una conjuración contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria; entonces él tomó la determinación de volver por Macedonia. (Hechos 20, 3)

  • Este hombre había sido apresado por los judíos y estaban a punto de matarlo cuando, al saber que era romano, acudí yo con la tropa y le libré de sus manos. (Hechos 23, 27)

  • Pero habiéndome llegado el aviso de que se preparaba una celada contra este hombre, al punto te lo he mandado y he informado además a sus acusadores que formulen sus quejas contra él ante ti.» (Hechos 23, 30)

  • teniendo así, como punto de honra, no anunciar el Evangelio sino allí donde el nombre de Cristo no era aún conocido, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros, (Romanos 15, 20)

  • Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre. (I Corintios 5, 1)

  • Pues no queremos que lo ignoréis, hermanos: la tribulación sufrida en Asia nos abrumó hasta el extremo, por encima de nuestras fuerzas, hasta tal punto que perdimos la esperanza de conservar la vida. (II Corintios 1, 8)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina