Encontrados 138 resultados para: Nación

  • A muchos sacudió la lengua triple, los dispersó de nación en nación; arrasó ciudades fuertes y derruyó casas de magnates. (Eclesiástico 28, 14)

  • Cayó de golpe sobre la nación hostil, y en la bajada aniquiló a los adversarios, para que conocieran las naciones la fuerza de sus armas, porque era frente al Señor la guerra de ellas. (Eclesiástico 46, 6)

  • Pues entregaron a otros su cuerno, y su gloria a una nación extraña. (Eclesiástico 49, 5)

  • Hay dos naciones que mi alma detesta, y la tercera ni siquiera es nación: (Eclesiástico 50, 25)

  • Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra. (Isaías 2, 4)

  • la que envía por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos. (Isaías 18, 2)

  • En aquel tiempo se presentará un obsequio a Yahveh Sebaot, al lugar del nombre de Yahveh Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos. (Isaías 18, 7)

  • Has aumentado la nación, Yahveh, has aumentado la nación y te has glorificado, has ampliado todos los límites del país. (Isaías 26, 15)

  • Préstame atención, pueblo mío, mi nación, escúchame; que una instrucción saldrá de mí, y juicio mío para luz de las naciones. Inminente, (Isaías 51, 4)

  • Pues la nación y el reino que no se sometan a ti perecerán, esas naciones serán arruinadas por completo. (Isaías 60, 12)

  • El más pequeño vendrá a ser un millar, el más chiquito, una nación poderosa. Yo, Yahveh, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo. (Isaías 60, 22)

  • ¿Y de esto no pediré cuentas? - oráculo de Yahveh -, ¿de una nación así no se vengará mi alma? (Jeremías 5, 9)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina