Encontrados 29 resultados para: Miqueas

  • Y ordenó el rey al sacerdote Jilquías, a Ajicam, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del rey: (II Reyes 22, 12)

  • El año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben Jáyil, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas para que enseñasen en las ciudades de Judá, (II Crónicas 17, 7)

  • Respondió el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá.» A lo que respondió Josafat: «No hable el rey así.» (II Crónicas 18, 7)

  • Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: «Trae enseguida a Miqueas, hijo de Yimlá.» (II Crónicas 18, 8)

  • El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey, procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.» (II Crónicas 18, 12)

  • Respondió Miqueas "«¡Vive Yahveh, que lo que mi Dios me diga, eso anunciaré!» (II Crónicas 18, 13)

  • Llegó donde el rey; y el rey le dijo: «Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Galaad para atacarla, o debo desistir?» Le respondió: «Subid, tendréis éxito. Serán entregados en vuestras manos.» (II Crónicas 18, 14)

  • Miqueas entonces dijo: «Escuchad, pues, la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda. (II Crónicas 18, 18)

  • Se acercó entonces Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla, diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yahveh para hablarte a ti?». (II Crónicas 18, 23)

  • Miqueas replicó: «Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento.» (II Crónicas 18, 24)

  • El rey de Israel dijo: «Prended a Miqueas y llevádselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey; (II Crónicas 18, 25)

  • Miqueas dijo: «Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Yahveh por mí.» (II Crónicas 18, 27)


“Caminhe sempre e somente no bem e dê, cada dia, um passo à frente na linha vertical, de baixo para cima.” São Padre Pio de Pietrelcina