Encontrados 443 resultados para: Justicia

  • pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. (Efesios 5, 9)

  • ¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, (Efesios 6, 14)

  • llenos de los frutos de justicia que vienen por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. (Filipenses 1, 11)

  • en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable. (Filipenses 3, 6)

  • y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, (Filipenses 3, 9)

  • Porque es propio de la justicia de Dios el pagar con tribulación a los que os atribulan, (II Tesalonicenses 1, 6)

  • Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. (I Timoteo 6, 11)

  • Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro. (II Timoteo 2, 22)

  • Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; (II Timoteo 3, 16)

  • Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación. (II Timoteo 4, 8)

  • que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, (Tito 2, 12)

  • él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, (Tito 3, 5)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina