Encontrados 696 resultados para: Jas

  • y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. (Marcos 7, 4)

  • Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.» (Marcos 7, 28)

  • Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. (Marcos 11, 13)

  • «De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. (Marcos 13, 28)

  • Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. (Marcos 14, 27)

  • Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. (Lucas 5, 19)

  • «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? (Lucas 15, 4)

  • «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, (Lucas 21, 25)

  • Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. (Lucas 23, 28)

  • Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. (Juan 2, 6)

  • Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. (Juan 2, 7)

  • Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. (Juan 2, 14)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina