Encontrados 34 resultados para: Huir

  • Jasón, por su parte, suplantador de su propio hermano y él mismo suplantado por otro, se vio forzado a huir al país de Ammán. (II Macabeos 4, 26)

  • Se lanzaron como leones sobre los enemigos, abatieron 11.000 infantes y 1.600 jinetes, y obligaron a huir a todos los demás. (II Macabeos 11, 11)

  • Hijo, no te metas en múltiples asuntos, si los multiplicas no saldrás bien parado; aunque los persigas no los alcanzarás ni podrás escapar aunque quieras huir. (Eclesiástico 11, 10)

  • Pero al subir Nabucodonosor, rey de Babilonia, contra el país, dijimos: "Venid y entremos en Jerusalén, para huir de las fuerzas caldeas y de las de Arán", y nos instalamos en Jerusalén.» (Jeremías 35, 11)

  • Flaqueó Damasco, dio vuelta para huir y escalofríos la sobrecogieron: apuro y dolores la acometieron como a parturienta. (Jeremías 49, 24)

  • Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Yahveh, y bajó a Joppe, donde encontró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, lejos de Yahveh. (Jonás 1, 3)

  • y oró a Yahveh diciendo: «¡Ah, Yahveh!, ¿no es esto lo que yo decía cuando estaba todavía en mi tierra? Fue por eso por lo que me apresuré a huir a Tarsis. Porque bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y misericordioso, tardo a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del mal. (Jonás 4, 2)

  • Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? (Mateo 3, 7)

  • Decía, pues, a la gente que acudía para ser bautizada por él: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? (Lucas 3, 7)

  • Y arrojándose sobre ellos el hombre poseído del mal espíritu, dominó a unos y otros y pudo con ellos de forma que tuvieron que huir de aquella casa desnudos y cubiertos de heridas. (Hechos 19, 16)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina