Encontrados 818 resultados para: Hizo

  • El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de sesenta codos de alta por seis de ancha, y la erigió en el llano de Dura, en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 1)

  • Y el rey hizo prosperar a Sadrak, Mesak y Abed Negó en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 97)

  • El árbol creció, se hizo corpulento, su altura llegaba hasta el cielo, su expansión, hasta los confines de la tierra. (Daniel 4, 8)

  • Ese árbol que has visto, que se hizo grande y corpulento, cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra, (Daniel 4, 17)

  • Fue expulsado de entre los hombres y su corazón se hizo semejante al de las bestias; estuvo conviviendo con los onagros; se alimentó de hierba como los bueyes, y su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios Altísimo domina sobre el reino de los hombres y pone en él a quien le place. (Daniel 5, 21)

  • Vi que el carnero acometía contra el oeste, el norte y el sur. Ninguna bestia podía resistirle, nada podía escapar a su poder. Hacía lo que le parecía y así se hizo grande. (Daniel 8, 4)

  • El macho cabrío se hizo muy grande, pero cuando estaba en la plenitud de su poder, el gran cuerno se rompió y en su lugar despuntaron cuatro «magníficos» en la dirección de los cuatro vientos del cielo. (Daniel 8, 8)

  • Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me tocó y me hizo incorporarme donde estaba. (Daniel 8, 18)

  • El rey le dijo: «¿Por qué no adoras a Bel?» El respondió: «Porque yo no venero a ídolos hechos por mano humana, sino solamente al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y que tiene poder sobre toda carne.» (Daniel 14, 5)

  • Daniel tomó entonces pez, grasa y pelos, lo coció todo junto e hizo con ello unas bolitas que echó en las fauces de la serpiente; la serpiente las tragó y reventó. Y dijo Daniel: «¡Mirad qué es lo que veneráis!» (Daniel 14, 27)

  • Cuando hablaba Efraím, cundía el terror, se había impuesto en Israel, pero se hizo culpable con Baal y murió. (Oseas 13, 1)

  • Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de Yahveh vuestro Dios, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no será confundido jamás!) (Joel 2, 26)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina