Encontrados 774 resultados para: Espíritu Santo

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca, y, grabado en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe. (Apocalipsis 2, 17)

  • Conozco tu conducta: tu caridad, tu fe, tu espíritu de servicio, tu paciencia; tus obras últimas sobrepujan a las primeras. (Apocalipsis 2, 19)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 2, 29)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 6)

  • Al Angel de la Iglesia de Filadelfia escribe: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir. (Apocalipsis 3, 7)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 13)

  • El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 22)

  • Los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, están llenos de ojos todo alrededor y por dentro, y repiten sin descanso día y noche: «Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, "Aquel que era, que es y que va a venir".» (Apocalipsis 4, 8)

  • Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?» (Apocalipsis 6, 10)

  • Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí - dice el Espíritu -, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.» (Apocalipsis 14, 13)

  • ¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque han quedado de manifiesto tus justos designios». (Apocalipsis 15, 4)

  • Y oí al Angel de las aguas que decía: «Justo eres tú, "Aquel que es y que era", el Santo, pues has hecho así justicia: (Apocalipsis 16, 5)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina