Encontrados 329 resultados para: Enemigos

  • y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!» Y diole Abram el diezmo de todo. (Génesis 14, 20)

  • yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos. (Génesis 22, 17)

  • Y bendijeron a Rebeca, y le decían: «¡Oh hermana nuestra, que llegues a convertirte en millares de miríadas, y conquiste tu descendencia la puerta de sus enemigos!» (Génesis 24, 60)

  • A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; inclínense a ti los hijos de tu padre. (Génesis 49, 8)

  • Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no sea que en caso de guerra se una también él a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y salir del país.» (Exodo 1, 10)

  • Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. (Exodo 23, 22)

  • «Sembraré delante de ti mi terror; llenaré de turbación a todos los pueblos donde llegues; y haré que todos tus enemigos huyan ante ti. (Exodo 23, 27)

  • Perseguiréis a vuestros enemigos; que caerán ante vosotros a filo de espada. (Levítico 26, 7)

  • Cinco de vosotros perseguiréis a cien, y cien de vosotros perseguiréis a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caerán a filo de espada. (Levítico 26, 8)

  • también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos. (Levítico 26, 16)

  • Me volveré contra vosotros y seréis derrotados ante vuestros enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que nadie os persiga. (Levítico 26, 17)

  • Yo asolaré la tierra, y de ello quedarán atónitos vuestros mismos enemigos al venir a ocuparla. (Levítico 26, 32)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina