Encontrados 15 resultados para: Destino

  • Tomó el sacerdote Eleazar los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron abrasados, y los laminó con destino al altar. (Números 17, 4)

  • Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero. (Deuteronomio 32, 12)

  • Israel envió mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Jesbón, y le dijo: "Déjame, por favor, pasar por tu país hasta llegar a mi destino." (Jueces 11, 19)

  • Con todas mis fuerzas he preparado, con destino a la Casa de mi Dios, el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata, el bronce para los de bronce, el hierro para los de hierro, y la madera para los de madera; piedras de ónice y de engaste, piedras brillantes y de varios colores, toda suerte de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundancia. (I Crónicas 29, 2)

  • De ellos destinó 70.000 para el transporte de cargas, 80.000 para las canteras en las montañas y 3.600 como capataces para hacer trabajar al pueblo. (II Crónicas 2, 17)

  • Destinó el rey una parte de su hacienda para los holocaustos, holocaustos de la mañana y de la tarde y holocaustos de los sábados, de los novilunios y de las solemnidades, según lo escrito en la Ley de Yahveh. (II Crónicas 31, 3)

  • En sus manos el rayo levanta y le ordena que alcance su destino. (Job 36, 32)

  • Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y perseguidores; (Salmos 31, 16)

  • Hasta el día en que entré en los divinos santuarios, donde su destino comprendí: (Salmos 73, 17)

  • absurdo. Como el que haya un destino común para todos, para el justo y para el malvado, el puro y el manchado, el que hace sacrificios y el que no los hace, así el bueno como el pecador, el que jura como el que se recata de jurar. (Eclesiastés 9, 2)

  • Eso es lo peor de todo cuanto pasa bajo el sol: que haya un destino común para todos, y así el corazón de los humanos está lleno de maldad y hay locura en sus corazones mientras viven, y su final ¡con los muertos! (Eclesiastés 9, 3)

  • Yo os destino a la espada y todos vosotros caeréis degollados, porque os llamé y no respondisteis, hablé y no oísteis, sino que hicisteis lo que me desagrada, y lo que no me gusta elegisteis. (Isaías 65, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina