Encontrados 50 resultados para: Caerán

  • En verdad, caerán sus mancebos escogidos en sus plazas, y todos sus guerreros perecerán aquel día - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 50, 30)

  • Caerán heridos en tierra de Caldea, y traspasados en sus calles. (Jeremías 51, 4)

  • Pues bien, mirad que vienen días en que visitaré a los ídolos de Babilonia, y todo su territorio se abochornará, y todos sus heridos caerán en medio de ella. (Jeremías 51, 47)

  • Caerán las víctimas en medio de vosotros, y sabréis que yo soy Yahveh. (Ezequiel 6, 7)

  • Pues bien, así dice el Señor Yahveh: Voy a desencadenar en mi furor un viento de tormenta, una lluvia torrencial habrá en mi cólera, granizos caerán en mi furia destructora. (Ezequiel 13, 13)

  • Para ellos y a sus ojos, no es más que un vano presagio: se les había dado un juramento. Pero él recuerda las culpas por las que caerán presos. (Ezequiel 21, 28)

  • Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo voy a profanar mi santurario, orgullo de vuestra fuerza, encanto de vuestros ojos, pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que habéis abandonado, caerán a espada. (Ezequiel 24, 21)

  • por eso, así dice el Señor Yahveh: Yo extenderé mi mano contra Edom y extirparé de ella hombres y bestias. La convertiré en desierto; desde Temán a Dedán caerán a espada. (Ezequiel 25, 13)

  • Mandaré contra ella la peste, habrá sangre en sus calles; las víctimas caerán en medio de ella, bajo la espada que la cercará por todas partes, y se sabrá que yo soy Yahveh. (Ezequiel 28, 23)

  • Kus, Put y Lud, toda Arabia y Kub, y los hijos del país de la alianza, caerán con ellos a espada. (Ezequiel 30, 5)

  • Así dice Yahveh: Caerán los apoyos de Egipto, se desplomará el orgullo de su fuerza; desde Migdol a Siene, caerán todos a espada, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 30, 6)

  • Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y las ciudades mismas partirán al cautiverio. (Ezequiel 30, 17)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina