Encontrados 660 resultados para: Cada

  • Tenemos que dar en todo tiempo gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe está progresando mucho y se acrecienta la mutua caridad de todos y cada uno de vosotros, (II Tesalonicenses 1, 3)

  • Evita las palabrerías profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad, (II Timoteo 2, 16)

  • El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené. (Tito 1, 5)

  • antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado. (Hebreos 3, 13)

  • Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza, (Hebreos 6, 11)

  • que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y esto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Y no habrá de instruir cada cual a su conciudadano ni cada uno a su hermano diciendo: «¡Conoce al Señor!», pues todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. (Hebreos 8, 11)

  • y no para ofrecerse a sí mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año en el santuario con sangre ajena. (Hebreos 9, 25)

  • Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados, (Hebreos 10, 3)

  • Por la fe, Jacob, moribundo, bendijo a cada uno de los hijos de José, y se inclinó apoyado en la cabeza de su bastón. (Hebreos 11, 21)

  • Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce. (Santiago 1, 14)

  • Tenedlo presente, hermanos míos queridos: Que cada uno sea diligente para escuchar y tardo para hablar, tardo para la ira. (Santiago 1, 19)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina