Encontrados 24 resultados para: Batió

  • Cuando David batió a Edom, y Joab, jefe del ejército, subió a sepultar los muertos, mató a todos los varones de Edom, (I Reyes 11, 15)

  • Pasó Joram a Saír con todos sus carros. Se levantó por la noche y batió a Edom que le tenía cercado a él y a los jefes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tiendas. (II Reyes 8, 21)

  • En aquellos días comenzó Yahveh a cercenar a Israel, y Jazael batió todas las fronteras de Israel, (II Reyes 10, 32)

  • Entonces Joás, hijo de Joacaz, volvió a tomar de mano de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que había tomado de mano de Joacaz su padre, por las armas. Joás le batió tres veces y recobró las ciudades de Israel. (II Reyes 13, 25)

  • El fue el que batió a los edomitas en el valle de la Sal, a 10.000 hombres, y conquistó la Peña por las armas. La llamó Yoqteel hasta el día de hoy. (II Reyes 14, 7)

  • El batió a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de guardia hasta las ciudades fortificadas. (II Reyes 18, 8)

  • Después de esto, batió David a los filisteos y los humilló, tomando Gat y sus dependencias de manos de los filisteos. (I Crónicas 18, 1)

  • Batió también a los moabitas, que quedaron sometidos a David, pagando tributo. (I Crónicas 18, 2)

  • Batió David a Hadadézer, rey de Sobá, en Jamat, cuando éste iba a establecer su dominio sobre el río Eufrates. (I Crónicas 18, 3)

  • Pasó Joram con sus jefes, y con todos sus carros. Se levantó por la noche y batió a los de Edom que le tenían cercado, a él y a los jefes de los carros. (II Crónicas 21, 9)

  • Para Egipto. Sobre el ejército del Faraón Nekó, rey de Egipto, que estuvo sobre el río Eufrates, en Karkemis, al cual batió Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá. (Jeremías 46, 2)

  • A Quedar y a los reinos de Jasor, que batió Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice Yahveh: Alzaos, subid a Quedar y saquead a los hijos de oriente. (Jeremías 49, 28)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina