Encontrados 1148 resultados para: Alegría de David

  • Respondió David a Saúl: «Cuando tu siervo estaba guardando el rebaño de su padre y venía el león o el oso y se llevaba una oveja del rebaño, (I Samuel 17, 34)

  • Añadió David: «Yahveh que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de la mano de ese filisteo.» Dijo Saúl a David: «Vete, y que Yahveh sea contigo.» (I Samuel 17, 37)

  • Mandó Saúl que vistieran a David con sus propios vestidos y le puso un casco de bronce en la cabeza y le cubrió con una coraza. (I Samuel 17, 38)

  • Ciñó a David su espada sobre su vestido. Intentó David caminar, pues aún no estaba acostumbrado, y dijo a Saúl: «No puedo caminar con esto, pues nunca lo he hecho.» Entonces se lo quitaron. (I Samuel 17, 39)

  • El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido de su escudero. (I Samuel 17, 41)

  • Volvió los ojos el filisteo, y viendo a David, lo despreció, porque era un muchacho rubio y apuesto. (I Samuel 17, 42)

  • Dijo el filisteo a David: «¿Acaso soy un perro, pues vienes contra mí con palos?» Y maldijo a David el filisteo por sus dioses, (I Samuel 17, 43)

  • y dijo el filisteo a David: «Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.» (I Samuel 17, 44)

  • Dijo David al filisteo: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo voy contra ti en nombre de Yahveh Sebaot, Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. (I Samuel 17, 45)

  • Se levantó el filisteo y fue acercándose al encuentro de David; se apresuró David, salió de las filas y corrió al encuentro del filisteo. (I Samuel 17, 48)

  • Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda e hirió al filisteo en la frente; la piedra se clavó en su frente y cayó de bruces en tierra. (I Samuel 17, 49)

  • Y venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le mató sin tener espada en su mano. (I Samuel 17, 50)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina