Encontrados 124 resultados para: 2 Samuel 7

  • Pero Yahveh dijo a Samuel: «Hazles caso y ponles un rey.» Samuel dijo entonces a todos los hombres de Israel: «Volved cada uno a vuestra ciudad.» (I Samuel 8, 22)

  • Subieron, pues, a la ciudad. Entraban ellos por la puerta, cuando Samuel salía en dirección a ellos para subir al alto. (I Samuel 9, 14)

  • Ahora bien, la víspera de la venida de Saúl había hecho Yahveh está revelación a Samuel: (I Samuel 9, 15)

  • Y cuando Samuel vio a Saúl, Yahveh le indicó: «Este es el hombre del que te he hablado. El regirá a mi pueblo.» (I Samuel 9, 17)

  • Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta, y le dijo: «Indícame, por favor, dónde está la casa del vidente.» (I Samuel 9, 18)

  • Samuel respondió a Saúl: Yo soy el vidente; sube delante de mí al alto y comeréis hoy conmigo. Mañana por la mañana te despediré y te descubriré todo lo que hay en tu corazón. (I Samuel 9, 19)

  • Tomó Samuel a Saúl y a su criado y los hizo entrar en la sala, y les dio un asiento a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta. (I Samuel 9, 22)

  • Después dijo Samuel al cocinero: «Sirve la porcíon que te entregué, la que te dije que pusieras aparte.» (I Samuel 9, 23)

  • Tomó el cocinero la pierna y el rabo poniéndolos delante de Saúl. Y dijo: «Aquí tienes, ante ti, lo que se guardó. Come...» Aquel día Saúl comió con Samuel. (I Samuel 9, 24)

  • y se acostó. Cuando apuntó el alba, llamó Samuel a Saúl en el terrado y le dijo: «Levántate, que voy a despedirte.» Se levantó Saúl y salieron ambos afuera, Samuel y Saúl. (I Samuel 9, 26)

  • Habían bajabo hasta las afueras de la ciudad, cuando Samuel dijo a Saúl: «Manda a tu criado que se adelante, y tú quédate ahora para que te de a conocer la palabra de Dios.» (I Samuel 9, 27)

  • Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: «¿No es Yahveh quien te ha ungido como jefe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahveh y le librarás de la mano de los enemigos que le rodean. Y ésta será para ti la señal de que Yahveh te ha ungido como caudillo de su heredad. (I Samuel 10, 1)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina