Encontrados 226 resultados para: árbol bueno

  • Ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo este árbol, (Génesis 18, 4)

  • Luego tomó cuajada y leche, junto con el becerro que había aderezado, y se lo presentó, manteniéndose en pie delante de ellos bajo el árbol. Así que hubieron comido (Génesis 18, 8)

  • Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán el arameo y le dijo: «Guárdate de hablar nada con Jacob, ni bueno ni malo.» (Génesis 31, 24)

  • Hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el Dios de tu padre me dijo ayer noche: "Guárdate de hablar a Jacob absolutamente nada, ni bueno ni malo." (Génesis 31, 29)

  • Y dijo Jacob: «¡Oh Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Yahveh, que me dijiste: "Vuelve a tu tierra y a tu patria, que yo seré bueno contigo", (Génesis 32, 10)

  • Que fuiste tú quien dijiste: "Yo seré bueno de veras contigo y haré tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar de tanta como hay."» (Génesis 32, 13)

  • Aunque ve que el reposo es bueno, y que el suelo es agradable, ofrece su lomo a la carga y termina sometiéndose al trabajo. (Génesis 49, 15)

  • os enviaré las lluvias a su tiempo, para que la tierra dé sus frutos y el árbol del campo su fruto. (Levítico 26, 4)

  • Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará sus productos ni el árbol del campo sus frutos. (Levítico 26, 20)

  • No se cambiará ni se sustituirá bueno por malo, ni malo por bueno; y si se sustituye un animal por otro, tanto el permutado como su sustituto serán cosa sagrada. (Levítico 27, 10)

  • el cual lo tasará según sea bueno o malo; y se estará a su tasación. (Levítico 27, 12)

  • No se escogerá entre animal bueno o malo, ni se le puede sustituir; y si se hace cambio, tanto el animal permutado como su sustituto serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados. (Levítico 27, 33)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina