Encontrados 2389 resultados para: �Porque

  • Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos de sus hijas: «Levantaos, dijo, salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la ciudad.» Pero sus yernos le tomaron a broma. (Génesis 19, 14)

  • Listo, escápate allá, porque no puedo hacer nada hasta que no entres allí.» Por eso se llamó aquella ciudad Soar. (Génesis 19, 22)

  • Pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque es un profeta; él rogará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sábete que morirás sin remedio, tú y todos los tuyos.» (Génesis 20, 7)

  • Oyó Dios la voz del chico, y el Angel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del chico en donde está. (Génesis 21, 17)

  • ¡Arriba!, levanta al chico y tenle de la mano, porque he de convertirle en una gran nación.» (Génesis 21, 18)

  • Por eso se llamó a aquel lugar Berseba, porque allí juraron ambos. (Génesis 21, 31)

  • Isaac quería a Esaú, porque le gustaba la caza, y Rebeca quería a Jacob. (Génesis 25, 28)

  • Dijo Esaú a Jacob: «Oye, dame a probar de lo rojo, de eso rojo, porque estoy agotado.» - Por eso se le llamó Edom. - (Génesis 25, 30)

  • Reside en esta tierra, y yo te asistiré y bendeciré; porque a ti y a tu descendencia he de dar todas estas tierras, y mantendré el juramento que hice a tu padre Abraham. (Génesis 26, 3)

  • Entonces Abimélek dijo a Isaac: «Apártate de nuestro lado, porque te has hecho mucho más poderoso que nosotros.» (Génesis 26, 16)

  • Yahveh se le apareció aquella noche y dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo.» (Génesis 26, 24)

  • Y no le reconoció, porque sus manos estaban velludas, como las de su hermano Esaú. Y se dispuso a bendecirle. (Génesis 27, 23)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina