Encontrados 535 resultados para: �cuánto

  • en cuanto llegue a saberse el pecado cometido en ella, la asamblea ofrecerá un novillo en sacrificio por el pecado. Lo llevarán ante la Tienda del Encuentro; (Levítico 4, 14)

  • Todos los varones de los hijos de Aarón podrán comer de ello. Es ley perpetua para vuestros descendientes, relativa a los manjares que se abrasan para Yahveh. Todo cuanto los toque quedará consagrado. (Levítico 6, 11)

  • Todo cuanto toque esta carne quedará consagrado y, si su sangre salpica los vestidos, lavarás en lugar santo la parte salpicada. (Levítico 6, 20)

  • Pero en cuanto a la piel, la carne y los excrementos del novillo, los quemó fuera del campamento, como Yahveh había mandado a Moisés. (Levítico 8, 17)

  • Aarón y sus hijos hicieron cuanto Yahveh había mandado por medio de Moisés. (Levítico 8, 36)

  • En cuanto a las partes grasas del toro y del carnero, el rabo, el sebo que cubre las entrañas, los riñones y lo que queda junto al hígado, (Levítico 9, 19)

  • Tendréis por abominable todo cuanto en las aguas carece de aletas y escamas. (Levítico 11, 12)

  • Si cae uno de estos cadáveres en una vasija de barro, cuanto haya dentro de ella quedará impuro y romperéis la vasija. (Levítico 11, 33)

  • Pero si la lepra se ha extendido por la piel hasta cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto alcanza a verlo el sacerdote, (Levítico 13, 12)

  • en cuanto el sacerdote vea la úlcera, lo declarará impuro. La úlcera es impura; es un caso de lepra. (Levítico 13, 15)

  • En cuanto al vestido, tejido, cobertor o el objeto de cuero, que después de ser lavado pierdan la mancha, serán lavados por segunda vez y quedarán puros. (Levítico 13, 58)

  • El sacerdote, antes de entrar en la casa para examinar la lepra, ordenará que desocupen la casa, para que nada quede inmundo de cuanto hay en ella. Después entrará el sacerdote a examinar la casa. (Levítico 14, 36)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina