Encontrados 104 resultados para: vuelve

  • Levanta para ti mojones, colócate señales, fíjate bien en el sendero, en el camino que has recorrido. ¡Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades! (Jeremías 31, 21)

  • Y como él aún no se decidía a volver, añadió: "Vuelve junto a Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia nombró gobernador de las ciudades de Judá, y permanece con él en medio del pueblo, o ve adonde te convenga ir". El comandante de la guardia le dio víveres y un regalo, y lo despidió. (Jeremías 40, 5)

  • ¡Ah, espada del Señor! ¿Hasta cuándo no descansarás? ¡Vuelve a tu vaina, quédate tranquila y cálmate! (Jeremías 47, 6)

  • Porque yo suscito y hago subir contra Babilonia una asamblea de grandes naciones del Norte, que se alinearán contra ella, y así será conquistada. Sus flechas son como las de un hábil guerrero que nunca vuelve con las manos vacías. (Jeremías 50, 9)

  • Supriman de Babilonia al sembrador, y al que empuña la hoz en el tiempo de la cosecha. Ante la espada destructora, cada uno se vuelve hacia su pueblo, cada uno huye a su país. (Jeremías 50, 16)

  • Jerusalén ha pecado gravemente y se ha convertido en algo inmundo. Los que la honraban la consideran despreciable, porque han visto su desnudez; también ella gime y se vuelve hacia atrás. (Lamentaciones 1, 8)

  • Sólo contra mí, una y otra vez, vuelve su mano todo el día. (Lamentaciones 3, 3)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia las montañas de Israel y profetiza contra ellas. (Ezequiel 6, 2)

  • Y tú, hijo de hombre, vuelve tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan por su propia iniciativa, y profetiza contra ellas. (Ezequiel 13, 17)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro en dirección al sur, vaticina hacia el sur y profetiza contra el bosque del campo del Négueb. (Ezequiel 21, 2)

  • Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, vaticina contra sus santuarios y profetiza contra la tierra de Israel. (Ezequiel 21, 7)

  • ¡Vuelve la espada a la vaina! En el mismo lugar donde fuiste creado, en tu país de origen, yo te juzgaré. (Ezequiel 21, 35)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina