Encontrados 171 resultados para: volvió

  • Al ver la derrota sufrida por sus tropas y la intrepidez de los soldados de Judas, que estaban resueltos a vivir o a morir heroicamente, Lisias volvió a Antioquía, donde reclutó mercenarios con la intención de regresar a Judea con fuerzas más numerosas. (I Macabeos 4, 35)

  • Luego se volvió contra Alemá; la atacó, la ocupó y, después de matar a todos los varones, la saqueó y la incendió. (I Macabeos 5, 35)

  • Luego partió rápidamente y volvió a Antioquía, donde encontró a Filipo dueño ya de la ciudad: lo atacó y ocupó la ciudad por la fuerza. (I Macabeos 6, 63)

  • le devolvió los prisioneros capturados anteriormente en Judá y regresó a su país. Y nunca más volvió al territorio de Judea. (I Macabeos 9, 72)

  • Entonces Jonatán se volvió contra los árabes llamados sabadeos, los derrotó y se apoderó del botín. (I Macabeos 12, 31)

  • Simón, por su parte, hizo una expedición hasta Ascalón y las fortalezas vecinas. Se volvió luego hacia Jope y la tomó, (I Macabeos 12, 33)

  • Luego Trifón dio la vuelta y volvió a su país. (I Macabeos 13, 24)

  • Una vez cumplida esta orden, y pasado algún tiempo, el sol, oculto antes detrás de las nubes, volvió a brillar y se encendió una hoguera tan grande que todos quedaron maravillados. (II Macabeos 1, 22)

  • Heliodoro, después de ofrecer un sacrificio al Señor y de orar largamente al que le había concedido la vida, se despidió de Onías y volvió con sus tropas adonde estaba el rey. (II Macabeos 3, 35)

  • Cuando el rey se enteró de lo ocurrido, llegó a la conclusión de que Judea tramaba su independencia. Entonces, volvió de Egipto, enfurecido como una fiera, tomó la ciudad por las armas, (II Macabeos 5, 11)

  • Concluidas las negociaciones, Lisias volvió adonde estaba el rey, mientras los judíos se dedicaban a los trabajos del campo. (II Macabeos 12, 1)

  • El rey volvió a tratar con los habitantes de Betsur, hizo las paces con ellos y se retiró. Luego atacó a las tropas de Judas, pero fue derrotado. (II Macabeos 13, 22)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina