Encontrados 2358 resultados para: vida después de la muerte

  • Después añadió: "Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero". (Génesis 15, 3)

  • Pero yo juzgaré a la nación que los esclavizará, y después saldrán cargados de riquezas. (Génesis 15, 14)

  • Tú, en cambio, irás en paz a reunirte con tus padres, y serás sepultado después de una vejez feliz. (Génesis 15, 15)

  • Después Agar dio a Abrám un hijo, y Abrám lo llamó Ismael. (Génesis 16, 15)

  • Después, Dios dijo a Abraham: "Tú, por tu parte, serás fiel a mi alianza; tú, y también tus descendientes, a lo largo de las generaciones. (Génesis 17, 9)

  • Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. (Génesis 18, 7)

  • Después, los hombres salieron de allí y se dirigieron hacia Sodoma, y Abraham los acompañó para despedirlos. (Génesis 18, 16)

  • Porque yo lo he elegido para que enseñe a sus hijos, y a su familia después de él, que se mantengan en el camino del Señor, practicando lo que es justo y recto. Así el Señor hará por Abraham lo que ha predicho acerca de él". (Génesis 18, 19)

  • Después los hombres preguntaron a Lot: "¿Tienes aquí algún otro pariente? Saca de este lugar a tus hijos e hijas y a cualquier otro de los tuyos que esté en la ciudad, (Génesis 19, 12)

  • Después que lo sacaron, uno de ellos dijo: "Huye, si quieres salvar la vida. No mires hacia atrás, ni te detengas en ningún lugar de la región baja. Escapa a las montañas, para no ser aniquilado". (Génesis 19, 17)

  • Tú has sido bondadoso con tu servidor y me has demostrado tu gran misericordia, salvándome la vida. Pero yo no podré huir a las montañas, sin que antes caigan sobre mí la destrucción y la muerte. (Génesis 19, 19)

  • Desde allí, Abraham se trasladó a la zona del Négueb y se estableció entre Cades y Sur. Después fue a Guerar, para quedarse allí por un tiempo. (Génesis 20, 1)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina