Encontrados 2939 resultados para: vid

  • El servidor contó a Isaac todas las cosas que había hecho, (Génesis 24, 66)

  • Adquirió ovejas, vacas y una numerosa servidumbre. Y los filisteos le tuvieron envidia. (Génesis 26, 14)

  • Los filisteos taparon y llenaron de tierra todos los pozos, que en tiempos de Abraham habían cavado los servidores de su padre. (Génesis 26, 15)

  • Pero cuando los servidores de Isaac, que habían estado cavando en el valle, encontraron un manantial, (Génesis 26, 19)

  • y esa misma noche el Señor se le apareció para decirle: "Yo soy el Dios de Abraham, tu padre: no temas, porque estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, por amor a mi servidor Abraham". (Génesis 26, 24)

  • Allí Isaac erigió un altar e invocó el nombre del Señor. En ese lugar estableció su campamento, y sus servidores comenzaron a cavar un pozo. (Génesis 26, 25)

  • Aquel mismo día, los servidores de Isaac vinieron a traerles noticias sobre el pozo que habían estado cavando, y le dijeron: "Hemos encontrado agua". (Génesis 26, 32)

  • Isaac respondió a Esaú: "Lo he constituido tu señor y le he dado como servidores a todos sus hermanos; lo he provisto de trigo y de vino: ¿qué más puedo hacer por ti, hijo mío?". (Génesis 27, 37)

  • hasta que se calme su ira contra ti y olvide lo que le has hecho. Después yo te mandaré a buscar. ¿Por qué voy a perderlos a los dos en un solo día?". (Génesis 27, 45)

  • Rebeca dijo a Isaac: "¡Esas mujeres hititas me han quitado hasta las ganas de vivir! Si también Jacob se casa con una de esas hititas, con una nativa de este país, ¿qué me importa ya de la vida?". (Génesis 27, 46)

  • A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella. (Génesis 28, 18)

  • Al ver que no podía dar hijos a Jacob, Raquel tuvo envidia de su hermana, y dijo a su marido: "Dame hijos, porque si no, me muero". (Génesis 30, 1)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina