Encontrados 26 resultados para: verme
Isaac les preguntó: "¿Para qué vienen a verme, si fueron ustedes los que se enemistaron conmigo y me echaron de su lado?". (Génesis 26, 27)
pero si no lo dejas, no podremos ir, porque el hombre nos dijo: ‘No vengan a verme si su hermano no los acompaña’". (Génesis 43, 5)
Que el Dios Todopoderoso lo mueva a compadecerse de ustedes, y él les permita traer a su hermano, lo mismo que a Benjamín. Yo, por mi parte, si tengo que verme privado de mis hijos, estoy dispuesto a soportarlo". (Génesis 43, 14)
Pero tú no puedes ver mi rostro, añadió, porque ningún hombre puede verme y seguir viviendo". (Exodo 33, 20)
La mujer fue a decir a su marido: "Un hombre de Dios ha venido a verme. Su aspecto era tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre. (Jueces 13, 6)
La mujer corrió en seguida a avisarle a su marido: "Se me apareció el hombre que vino a verme el otro día". (Jueces 13, 10)
Observen y reconozcan todos los escondites donde podría ocultarse. Cuando estén bien seguros, vuelvan a verme, y yo iré con ustedes. Y si está en el país, registraré todos los clanes de Judá hasta encontrarlo". (I Samuel 23, 23)
David respondió: "Está bien, haré un pacto contigo. Pero sólo te pido una cosa: no te presentarás ante mí, si no me traes a Mical, la hija de Saúl, cuando vengas a verme". (II Samuel 3, 13)
Pero el rey dijo: "Que se retire a su casa y no venga a verme". Absalón se retiró a su casa y no se presentó ante el rey. (II Samuel 14, 24)
Él les replicó: "Váyanse y vuelvan a verme dentro de tres días". Y el pueblo se retiró. (I Reyes 12, 5)
Al tercer día, Jeroboám y todo el pueblo comparecieron ante Roboám, según lo que había indicado el rey cuando dijo: "Vuelvan a verme al tercer día". (I Reyes 12, 12)
"No, respondió él; pero mi señor te manda decir: Hace apenas un momento vinieron a verme dos muchachos de la montaña de Efraím, de la comunidad de profetas. Te ruego que me des para ellos un talento de plata y dos mudas de ropa". (II Reyes 5, 22)