Encontrados 37 resultados para: vecinos

  • Mis amigos y vecinos se apartan de mis llagas, mis parientes se mantienen a distancia; (Salmos 38, 12)

  • Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos, a la risa y al escarnio de los que nos rodean; (Salmos 44, 14)

  • Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. (Salmos 79, 4)

  • Devuelve siete veces a nuestros vecinos la afrenta que te hicieron, Señor. (Salmos 79, 12)

  • nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros. (Salmos 80, 7)

  • los que pasan por el camino lo despojan, y es la burla de todos sus vecinos. (Salmos 89, 42)

  • En cambio, mantuvieron su amistad con sus aliados y con todos los que buscaron su apoyo. Tienen bajo su dominio a los reyes vecinos y lejanos y son temidos por todos los que oyen en hablar de ellos. (I Macabeos 8, 12)

  • Nosotros, en cambio, nos hemos visto envueltos en muchas tribulaciones y guerras, y hemos sido atacados por los reyes vecinos. (I Macabeos 12, 13)

  • y todos los pueblos vecinos trataban de exterminarlos, porque decían: "Ya no tienen jefe ni nadie que los ayude. Ataquémolos ahora mismo, y borremos su recuerdo de entre los hombres". (I Macabeos 12, 53)

  • He tenido en cuenta, además, que los soberanos de los países vecinos a mi reino están al acecho, esperando cualquier ocasión favorable. Por eso, he decidido designar rey a mi hijo Antíoco, a quien muchas veces, durante mis campañas a las provincias de la meseta, ya he presentado y recomendado a la mayor parte de ustedes. (II Macabeos 9, 25)

  • Dentro de lo posible, recurre a tus vecinos y busca el consejo de los sabios. (Eclesiástico 9, 14)

  • Con tres cosas me adorno y me presento embellecidadelante del Señor y de los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y una mujer y un marido que se llevan bien. (Eclesiástico 25, 1)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina