Encontrados 562 resultados para: vas

  • Él le preguntó: "¿Qué debo dejarte?". "Tu sello con su cordón y el bastón que llevas en la mano", le respondió. Él se los entregó y se acostó con ella, dejándola embarazada. (Génesis 38, 18)

  • y en ella, tres sarmientos. Apenas la vid dio brotes, salieron sus flores y maduraron las uvas en los racimos. (Génesis 40, 10)

  • La copa del faraón estaba en mi mano: yo tomé las uvas, las exprimí en esa copa, y la puse en la mano del Faraón". (Génesis 40, 11)

  • y además hemos traído dinero para adquirir nuevas provisiones. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas". (Génesis 43, 22)

  • Ellos exclamaron: "Tú nos salvaste la vida. Te agradecemos que nos hayas puesto al servicio del Faraón". (Génesis 47, 25)

  • Él ata su asno a una vid, su asno de pura raza a la cepa más escogida; lava su ropa en el vino y su manto en la sangre de las uvas. (Génesis 49, 11)

  • Pero los magos de Egipto, valiéndose de sus artes secretas, hicieron otro tanto y atrajeron una invasión de ranas sobre el territorio de Egipto. (Exodo 8, 3)

  • Porque si te niegas a dejarlo partir, yo enviaré contra ti, contra tus servidores, tu pueblo y tus casas, una invasión de tábanos. Las casas de los egipcios y el suelo donde ellos habitan quedarán atestados de tábanos. (Exodo 8, 17)

  • Así lo hizo el Señor, y una gran cantidad de tábanos se precipitó sobre el palacio del Faraón y sobre las casas de sus servidores; y todo el territorio de Egipto fue devastado por los tábanos. (Exodo 8, 20)

  • Porque si te niegas a dejarlo partir, mañana enviaré contra tu país una invasión de langostas. (Exodo 10, 4)

  • Las langostas invadieron todo el país y se abatieron sobre el territorio de Egipto en una cantidad tal, que nunca se había visto una invasión semejante, y nunca más volvería a verse. (Exodo 10, 14)

  • El Faraón dijo a Moisés: "¡Fuera de aquí! Y no te atrevas a comparecer otra vez en mi presencia, porque apenas lo hagas, morirás". (Exodo 10, 28)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina