Encontrados 324 resultados para: tribu de Manasés

  • Fue únicamente por orden del Señor que sucedió esto en Judá, para apartarla de su presencia, a causa de los pecados de Manasés, por todo lo que él hizo, (II Reyes 24, 3)

  • el hijo de Jotám, Acaz; el hijo Acaz, Ezequías; el hijo de Ezequías, Manasés; (I Crónicas 3, 13)

  • el hijo de Manasés, Amón; el hijo de Amón, Josías. (I Crónicas 3, 14)

  • Los hijos de Rubén, los de Gad y la mitad de la tribu de Manasés, eran muy valientes, llevaban escudo y espada y manejaban el arco. Los que estaban adiestrados para la guerra formaban un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres. (I Crónicas 5, 18)

  • Los hijos de la mitad de la tribu de Manasés se establecieron en el país, desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y la montaña del Hermón. Ellos eran muy numerosos. (I Crónicas 5, 23)

  • Por eso, el Dios de Israel suscitó contra ellos a Pul, es decir, a Tiglat Pileser, y este deportó a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés, y los llevó a Jalaj, Jabor, Jará y al río Gozán, hasta el día de hoy. (I Crónicas 5, 26)

  • Y de la tribu de Benjamín, se les dio Gueba, Alémet y Anatot, con sus respectivos campos de pastoreo. En total, sus ciudades fueron trece, distribuidas según sus familias. (I Crónicas 6, 45)

  • A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de media tribu de Manasés. (I Crónicas 6, 46)

  • A los hijos de Gersón, según sus familias, les correspondieron trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés en el Basán. (I Crónicas 6, 47)

  • A los hijos de Merarí, según sus familias, les tocaron en suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón. (I Crónicas 6, 48)

  • A las otras familias de los descendientes de Quehat, les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraím. (I Crónicas 6, 51)

  • Y de la mitad de la tribu de Manasés les fueron asignadas Aner y Bilán, con sus respectivos campos de pastoreo. Esto es lo que se dio a las familias de los otros hijos de Quehat. (I Crónicas 6, 55)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina