Encontrados 36 resultados para: traer
Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia a este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá. (II Reyes 22, 16)
David reunió a todo Israel, desde el Torrente de Egipto hasta la Entrada de Jamat, para traer el Arca de Dios desde Quiriat Iearim. (I Crónicas 13, 5)
y Azarías, el Sumo Sacerdote, de la casa de Sadoc, le respondió: "Desde que empezaron a traer las ofrendas a la Casa del Señor, hemos comido hasta saciarnos y ha sobrado muchísimo, porque el Señor ha bendecido a su pueblo: toda esta cantidad es lo que ha sobrado". (II Crónicas 31, 10)
Así habla el Señor: Yo voy a traer una desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, cumpliendo así todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá. (II Crónicas 34, 24)
Nos obligamos asimismo a traer a la Casa del Señor, año tras año, los primeros frutos de nuestro suelo, las primicias de todos los árboles frutales (Nehemías 10, 36)
Aquella noche, como el rey no podía conciliar el sueño, hizo traer el libro de las Memorias o Crónicas, y lo leyeron en su presencia. (Ester 6, 1)
Simón, aunque se dio cuenta del engaño, mandó traer el dinero y a los niños, a fin de no provocar una fuerte oposición de parte del pueblo, (I Macabeos 13, 17)
Los que presidían este banquete ritual contrario a la Ley, como lo conocían desde hacía mucho tiempo, lo llevaron aparte y le rogaron que hiciera traer carne preparada expresamente para él y que le estuviera permitido comer. Asimismo le dijeron que fingiera comer la carne del sacrificio, conforme a la orden del rey. (II Macabeos 6, 21)
Cuando las tropas estaban a punto de ocupar la torre, forzando la puerta de entrada y dando órdenes de traer fuego e incendiar las puertas, Razís, acorralado por todas partes, se arrojó sobre su espada. (II Macabeos 14, 41)
Son barcos que se reúnen para mí, con naves de Tarsis al frente, para traer a tus hijos de lejos, y con ellos su oro y su plata, por el nombre del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que así te glorifica. (Isaías 60, 9)
El rey Sedecías lo mandó traer, y lo interrogó secretamente en su propia casa, diciendo: "¿Hay alguna palabra de parte del Señor?". "Sí", respondió Jeremías, y añadió: "Tú serás entregado en manos del rey de Babilonia". (Jeremías 37, 17)
Luego les dirás: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Miren que yo mando traer a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi servidor: él instalará su trono encima de estas piedras que yo he hundido, y extenderá sobre ellas su baldaquino. (Jeremías 43, 10)