Encontrados 25 resultados para: tantos

  • La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más se recibieron tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (I Reyes 10, 10)

  • Recluta además un ejército tan numeroso como el que perdiste, con otros tantos caballos y carros. Luego lucharemos contra ellos en la llanura, y seguramente los venceremos". El rey escuchó su parecer y procedió así. (I Reyes 20, 25)

  • Yo daré a los que corten la madera veinte mil cargas de trigo y otras tantas de cebada, veinte mil barriles de vino y otros tantos de aceite: todo esto para el mantenimiento de tus servidores". (II Crónicas 2, 9)

  • La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, una enorme cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca más hubo tantos perfumes como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)

  • Asá y las tropas que lo acompañaban, los persiguieron hasta Guerar. Cayeron tantos etíopes que no quedó ningún sobreviviente, porque quedaron destrozados delante del Señor y de su campamento. Los hombres de Judá recogieron un enorme botín. (II Crónicas 14, 12)

  • Ahora pesarían más que la arena del mar, ¡por eso digo tantos desatinos! (Job 6, 3)

  • Porque estoy rodeado de tantos males, que es imposible contarlos. Las culpas me tienen atrapado y ya no alcanzo a ver: son más que los cabellos de mi cabeza, y me faltan las fuerzas. (Salmos 40, 13)

  • En sólo tres días hubo ochenta mil víctimas: cuarenta mil fueron muertos y otros tantos vendidos como esclavos. (II Macabeos 5, 14)

  • Si ellos no se hubieran dejado dominar por tantos pecados, también Antíoco habría sido golpeado y hecho desistir de su atrevimiento apenas ingresó en el Santuario, como lo había sido Heliodoro cuando fue enviado por el rey Seleuco para inspeccionar el Tesoro. (II Macabeos 5, 18)

  • Todo esto era muy justo, porque él había atormentado las entrañas de los demás con tantos y tan refinados suplicios. (II Macabeos 9, 6)

  • Esto le sucedió con toda justicia; en efecto, aquel que había perpetrado tantos crímenes contra el altar, cuyo fuego y ceniza son sagrados, encontró él mismo la muerte en la ceniza. (II Macabeos 13, 8)

  • Pero no les bastó equivocarse en el conocimiento de Dios, sino que, debatiéndose en la tremenda lucha provocada por la ignorancia, ellos dan a tantos males el nombre de paz. (Sabiduría 14, 22)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina